La infección renal o pielonefritis es un tipo específico de infección del tracto urinario que en general empieza en la uretra o la vejiga y se desplaza hacia arriba a los riñones.
Puede ser aguda o crónica. La pielonefritis aguda es una infección renal repentina y severa que hace que los riñones se hinchen. Puede dañar permanentemente los riñones, e incluso puede ser mortal. Cuando se repite o es persistente, la condición se llama pielonefritis crónica. La forma crónica de la enfermedad es rara.
Síntomas
Los signos y síntomas de la pielonefritis pueden incluir fiebre, dolor abdominal, necesidad frecuente de orinar, sensación de ardor o dolor al orinar, sangre o pus en la orina, etc. Los síntomas de la pielonefritis aguda generalmente se desarrollan rápidamente en unas horas o un día. En el caso de pielonefritis crónica, los síntomas persisten durante un período prolongado de tiempo. Es importante reconocer los síntomas para buscar atención médica inmediata.
Causas
La infección del riñón se produce cuando las bacterias entran en el tracto urinario a través de la uretra y comienzan a multiplicarse. Los factores que aumentan el riesgo incluyen el embarazo, una obstrucción en el tracto urinario, un sistema inmunológico debilitado, el uso prolongado de un catéter urinario, etc. La pielonefritis crónica se observa con mayor frecuencia en pacientes con anormalidades anatómicas subyacentes que les predisponen a las infecciones en las vías urinarias y los riñones.
Complicaciones
Si no se trata adecuadamente, o si la pielonefritis es crónica, la infección renal puede dañar permanentemente los riñones. En los casos graves de pielonefritis la bacteria puede propagarse a la sangre y causar una infección potencialmente mortal. La pielonefritis crónica puede llevar a complicaciones tales como la proteinuria, la glomeruloesclerosis focal, la pielonefritis xantogranulomatosa, la pionefrosis o la cicatrización progresiva del riñón.
Diagnóstico
Su médico puede sospechar que usted tiene una infección renal basándose en sus signos y síntomas, como fiebre y dolor abdominal y de espalda. Para confirmar el diagnóstico se suele hacer un análisis de orina; el médico puede examinar una muestra de orina bajo un microscopio en busca de bacterias y leucocitos. Si hay riesgo de complicaciones o se presentan signos de gravedad, es recomendable un análisis de sangre. A veces se sugiere una prueba de imagen como una ecografía renal.
Tratamiento
Por lo general, el tratamiento incluye antibióticos y, a menudo requiere hospitalización. En el caso de pielonefritis crónica, puede requerir cirugía para corregir problemas anatómicos y prevenir infecciones futuras, así como otras complicaciones.
Consejos y remedios caseros
Para reducir el dolor o las molestias mientras se recupera de una infección renal, trate de aplicar calor, tomar medicamentos para el dolor (analgésicos), y beber muchos líquidos para ayudar a eliminar las bacterias a través del tracto urinario.
Prevención
Se puede reducir el riesgo de infección en los riñones mediante la adopción de medidas para prevenir las infecciones del tracto urinario como beber muchos líquidos, orinar con frecuencia, orinar después del coito y lavarse cuidadosamente. Algunos remedios naturales como el jugo de arándano pueden reducir el riesgo de infecciones de riñón.