
Los pacientes con enfermedad renal crónica (ERC) presentan un riesgo elevado de complicaciones cardiovasculares (CV). Los pacientes cardiópatas tienen una mayor incidencia de ERC y su progresión es más rápida. Una serie de datos clínicos demuestran la relevancia de esta asociación. La enfermedad CV es la primera causa de muerte en pacientes en diálisis (45% según el registro de diálisis de la Sociedad Española de Nefrología) y el riesgo de muerte por evento CV es 10-20 veces superior que en aquellos con FR normal.
El síndrome cardiorrenal (SCR) es una situación de afectación de ambos órganos en que se potencian sus efectos, de forma que el daño renal y el miocárdico progresan de forma acelerada y retroalimentándose. En la fase avanzada de SCR aparece sobrehidratación y resistencia a diuréticos. Recordemos que muchos de los fármacos para la IC actúan a través del riñón, por lo que son frecuentes los efectos secundarios renales.